Ya no quiero un smartphone, lo que quiero es comunicar!!

Hola, estoy empezando a darme cuenta que tengo muchas cosas que escribo, casi a diario, y que no acabo publicando nada, así que he decidido retomar el blog que empecé hace años, y que estaba olvidado. Como todo lo que se vuelve a empezar, prometo mucho, pero sólo el tiempo nos dirá que es lo que pasará con esto...

No tener teléfono inteligente me ha liberado mucho espacio spam en la cabeza, lo cual me deja bastante hueco para otras cosas... como esto, el placer de escribir, dar fuerza al arte de comunicar. Por supuesto, no es fácil, vivir y más en el mundo de la música sin estos artilugios, ya que de repente todo se pone en contra, y el mundo mismo parece que te grita: ¡comprare un móvil smartphone! Yo, como siempre he sido un poco cabezón, hago caso omiso a los mensajes, y ahí sigo en mis trece. Tampoco sé cuanto duraré, pero de momento, he de reconocer que mi vida es más tranquila. He recuperado un poco mi poder de concentración en lo que hago, que ya me constaba hasta tocar la guitarra sin intromisiones (externas, o de mi propio cerebro que estaba en constante comunicación con "el todo"). La música siempre consigue hacerme ver cuando soy o no libre, o cuando estoy más o menos centrado. Estar en paz con la música es estar en paz conmigo mismo y esto es un tesoro que tengo, que agradezco enormemente.

Y ahora, veo el resto de "las personas androides" y me sorprende hasta donde hemos llegado, las consecuencias las veremos, seguro. Y de esto no nos libramos ningunx.

Pero en realidad, como todo, tampoco es culpa del aparato en si, si no de una forma de vida, a la que creo nos hemos visto desbocados en los últimos años... son demasiados los cambios, y pocas las referencias de buenas prácticas. El mundo de la resistencia al capitalismo, los movimientos sociales, incluso el anarquismo ha caído rendido a las redes sociales, al Telegram o grupos de Whatsapp, al poder del momento, del continente, sin valorar en profundidad el contenido... y en esto, nos han ganado una batalla. Que se libra en nuestro día a día, que está relacionada con nuestra propia alegría y nuestra propia forma de estar en el mundo.

Por todo esto, me niego a volver al smartphone, y celebro el no tener este chisme, quizá por mi propia torpeza en su uso, por mi personalidad blanda de fácil adicción, o por mi debilidad en perder rápidamente la concentración en lo que hago... Abajo lxs androides!!!